Llevo la navegación en la sangre, heredada de mi abuelo, que navegó por las aguas del sur de Francia, Córcega y las islas Baleares. Crecí entre barcos al pasar mi infancia en Hyères, jugando en los puertos y explorando la isla de Porquerolles. Durante 16 años, he desarrollado profundos vínculos con los clientes de Port Pin Rolland, ganándome su confianza y lealtad. Es un privilegio escuchar sus historias y ofrecerles soluciones a medida. Disfruto con la franqueza, la atención y la alegría de navegar. ¡Naveguemos juntos!